miércoles, 28 de marzo de 2012

Nuestra aventura VII: conociendo.


En los días que siguieron intentamos hacer un poco de turismo, conocer el país que vio a nacer a nuestra hija, aunque ya íbamos a su ritmo y había muchos días en los que simplemente paseábamos relajados, sin prisas. Al principio lloraba muchisimo y tampoco le queríamos pegar mucha paliza, aunque la tia lloraba nada más que pisaba el hotel. En la calle si no era por hambre casi no se la oía, dormía bastante.
El día 25 visitamos el Templo de la Literatura, primera Universidad de Vietnam.







Allí estuvimos con Rosanna, Gabi y Alba, y Beni, Victor y Carmen hasta la hora de comer más o menos. Después los primeros nos llevaron a comer al lado del hotel y comimos de maravilla acompañados de una Hanoi beer, más bien calentona.
Estuvo bien el paseito, pero había una cosita más bonita que esta para su madre?. Mi angelito!!.



Al día siguiente, 26 de Marzo, nos mudábamos de hotel hasta el lunes, por hacer un favor al director del Hoa Bihn que tenia que acoger a un montón de huéspedes. Así que tocó hacer maletas. El Hotel Tirant estaba al lado del Hoa Bihn y mucho mejor, más moderno y con ordenador en la habitación.
Por la noche salimos a cenar a una pizzeria en frente del lago con varias familias. Si normalmente Hanoi era un caos de tráfico, un sábado por la noche era horroroso, con botellona y todo. Daba hasta miedo, al menos a mi.

En los días sucesivos visitamos el gran mercado, fuimos con Luisma de No vine de Paris y Carmen, y con nuestros paisanos Carmen y Giordano, y sus preciosos hijos, claro. 


De ese paseito recuerdo haber vuelto "apestada" del todo con tanto humo de tubo de escape. Había que meterse por unas calles mas bien estrechas y llenas de gente, en la que se mezclaban esos malos humos con el olor de comidas varias. He de decir que gasté poco porque no me gustó náaaaaa de lo que allí se vendía, jajaj.
A pesar de todo, bien mereció la pena ver el genuino Hanoi. Dejo algunas imágenes pintorescas.






Siguiente visita fue al mausoleo de Ho-Chi-Minh con la puntería que ese día, lunes, estaba cerrado y no pudimos acceder  a su interior. Me encantó el paseo hasta allí, largo, pero agradable porque pasamos a las anchas avenidas donde el claxon de las motos y los coches dejaban un poco paso a los semáforos para poner orden en la circulación.  Creo que esa zona era el llamado barrio francés, nada que ver con el barrio antiguo. Parecía que estabas en otra ciudad. Allí estuvimos un montón de familias y por allí comimos. Yo con el atrevimiento de comer algo tipicamente vietnamita, me sirvieron algo super picante que no había quien se lo comiera, jajajaj.
A partir de ese momento me enseñaron de decir: "no chili, por favor" por donde quiera que fuera a comer, jajaja.



Así íbamos pasando los días a su lado, conociendo la capital del país que la vio nacer y conociéndola a ella. Me recreaba viéndola como jugaba con sus manitas. Parecía que las había descubierto no hacia mucho por la gran atención que les dedicaba. Disfrutaba viendo su país, pero nada comparado a disfrutar viéndola cada día, conociéndola.



Hasta la próxima.


 

sábado, 24 de marzo de 2012

Nuestra aventura VI: amanecer con Sara Nhung.


Recuerdo esa primera noche casi sin dormir de la emoción. Miraba a la cuna donde dormía mi niña una y otra vez para creermelo, sin embargo me desperté como si llevara toda la vida con ella.

Con esta carita nos despertó. Nos sonreía desde el primer momento que la vimos, a nosotros y a todos. Ya apuntaba a la niña simpática, expresiva y alegre en que se ha convertido. Ese momento de su despertar para después meterla en nuestra cama, sin prisas, sigue siendo un regalo, pero ese día fue increíble. Te quedas tonta del embobe que coges y te subes a una nube de la que tardas bastante en bajar. Ya solo tendría ojos para ella, era incapaz de concentrarme en otra cosa. Tontita de amor, vamos!!.

Me desperté un poco nerviosa porque el papa se tenia que ir al Registro a hacer los trámites oportunos y la mama ya se quedaba sola con ella. Pero poco feliz iba yo con mi niña en la mochila de su primita Julia, pegaita ya a mi corazón. Desayuné con Mabel de Asturias que también se había quedado un poco rezagada como yo y hablando de nuestra primera noche con las niñas, recuerdo un momento muy especial.

Ese día fue un poco ajetreado desde que nos levantamos (bueno creo que desde ese momento ya se acabo la tranquilidad para los restos, jajaj). Como decía, Jose se tuvo que ir a papelear y se tuvo que volver solito en un taxi porque su pasaporte, que caducó en el transcurso de la espera de nuestra hija, dio problemas. Hacia falta un documento que nos hicieron en la policía en España y que la ECAI no hizo llegar. Eso nos puso un poco nerviositos porque no sabíamos si retrasaría todos los tramites. Bueno en principio, parece que todo se solucionaría, aunque tendrían que enviar de nuevo a la provincia todo el expediente para que constara el número de pasaporte correcto. Muy emocionante!!

Una vez regresó, salimos a la compra del carrito para mi niña. Aquí esta la adquisición, aunque ella decía que para otra niña, que ella iba más agusto en el pechito de papá. Y desde luego mejor, porque en Hanoi andar con carrito ni es fácil con tanta moto, ni agradable porque te vas tragando todo el humito de los tubos de escape.

Un  paseito tranquilitos y una visita a una pagoda para agradecer tan inmenso regalo.



Al día siguiente, 24 de Marzo, pudimos conocer de primera mano el fuerte carácter vietnamita. Cuando nos disponíamos a dar el primero de nuestros paseos por el lago de Hoan Kiem, se nos rompió el carrito por la parte delantera, que yo no sé como no se cayó la peque al suelo de cara. Que sofocón!!. Pues nos volvimos a la tienda donde lo habíamos comprado el día anterior con la intención de que nos diera uno nuevo porque no la habíamos usado a penas. Pero la señora decía que no, que me lo apañaba con 2 abrazaderas y que uno nuevo ni hablar. La intentamos convencer, pero por poco nos pega y todo. Entre que mi inglés es casi nulo, el genio de la señora, la niña que se puso a llorar ante tanto grito...la negociación fue un desastre. Un señor que andaba por allí, un poco jefe de aquello parecía, le llamó la atención a la señora y se calmó un poco, y otro señor en moto, se paró y nos intentó explicar que esas tiendas no ofrecen garantía como los centros comerciales. Así que nos tuvimos que conformar con el apaño que nos hicieron, que por cierto aguantó y sigue aguantando. No sería el primero que harían, seguro. Pero que carácter!!

Bueno al final hubo paseo por el lago con mi niña, aunque eso del carro no le gustaba mucho, pero al final logró acostumbrarse. Menos mal que estaba este precioso lugar cerca del hotel y entre tanto caos. Al menos se podía pasear relajados y en linea recta.



Aunque ese hotel estaba en medio del caos, siempre lo recordaremos con muchisimo cariño porque allí se sucedieron los primeros días con mi niña, sus primeros bibis, sus primeros baños, sus primeros sueños y los primeros días de unas vidas que cambiaron tantísimo a su lado.


El día también dio para hacer algunas comprillas en el super. Normalmente cenábamos en la habitación cuando Sara Nhung ya se quedaba dormidita, y sus papis quedaban exhaustos.



Dejo algunas imágenes más de ese día.



 Hasta la próxima.


jueves, 22 de marzo de 2012

Nuestra aventura V: el gran dia.

Será dificil narrar aqui un dia tan especial, tan lleno de nervios, emociones y sentimientos. Sin duda, el dia más feliz de nuestra vida, el que soñé mil veces, el que esperé tantisimos años, pero como siempre pasa en estas cosas la realidad superó a la imaginación. Fue un dia perfecto.
 Con esta carita de felicidad nos levantamos y con una maleta llena de ilusiones y cositas para mi niña.


Le, nuestra guia, nos convocó a todas las familias, en total 11, en el hall del hotel. Caritas de ilusion, de nervios, algunas descompuestas. Esperamos alli hasta que llegaron 2 microbuses que llevarían a esas 11 familias a formar una familia para siempre. 

Thai Nguyen no estaba demasiado lejos de Hanoi, a unos 130 km, pero esas carreteras vietnamitas multiplican los kilómetros por 2. El viaje duró unas 2 horas interminables. Cualquier viajito por esas carreteras era una soberana paliza, a parte de sobresaltado, claro, por la forma de conducir de los vietnamitas.

Le nos explicaba en el autobús los trámites a seguir a partir del momento en que nos entregaran a nuestra hija. No se sabia con exactitud a que hora nos la entregarían. Bueno es que la organización en Hanoi brilla por su ausencia, y en las adopciones no iba a ser menos. 

Por fin llegamos al orfanato y oi las palabras de su papá asi bajito: "aqui está Sara". Ahi estaba nuestra niña esperándonos. Los nervios afloraban ya casi sin control. Cruzamos la verja y la primera imagen que nos señaló Le fue la del edificio donde alojaban a los bebés, ese que tiene la ropa tendida. Aún recordándolo se me acelera el corazón.



"Ya estamos aqui", dije a Jose como si llegar a aquel sitio hubiese sido la razón de todo, y al menos si que lo fue durante 5 largos años.



Nos pasaron a una sala grande con una mesa enorme, donde nos fuimos sentando las 22 personas con la idea de que estariamos alli un buen rato esperando, pero de repente empezaron a entrar las cuidadoras con los bebés en brazos y se desató una euforia indescriptible. Mi hija entró casi la última, ya teniamos los nervios rotos. Jose preguntaba: " ¿y la nuestra?" y yo no podia más, estaba atacada. De repente apareció y me clavó la mirada. Jose preguntó a la cuidadora si era Nhung y Le que estaba al lado nos lo confirmó. Una mirada, una sonrisa y una emoción tremenda que no se puede describir. Aqui dejo unas imágenes.




Yo sólo decia lo bonita que era y no paraba de llorar, hasta que me pude contener para no asustarla. Ella no lloró en ningún momento. Se me agarró del pelo y no me soltaba. Ya no habia nada más en el mundo que ella, a pesar del ruido de fondo de tantos papás y mamás llorando de alegria y tantos bebés llorando, asustados.
Una vez calmado el ambiente, nos dejaron cambiar de ropa a los niños a toda prisa, aunque despues estuvimos muchisimo tiempo esperando al Director. Pero vino bien para saborear el momento que habia pasado tan rápido y para pasar revista a los "primitos".

Una vez llegó el Director del orfanato se pasó a la ceremonia oficial y alli que firmamos los papeles con una gran sonrisa en nuestras caras y con nuestra hija en brazos.



entrega del acta
foto oficial

Una vez finalizado este acto nos volvimos al hotel. En el autobus Jose y yo nos mirábamos preguntandonos si era cierto, si era ella la de aquella foto, pero se nos disipó toda duda cuando le vimos su manita. Si era ella, la que se parece a papá, la que hemos soñado todos estos años.

En el Hotel quedamos para cenar con todas las demas familias españolas que se iban al dia siguiente. Fue muy bonito poner cara a muchas personas con las que habia intercambiado muchisimos mails y con las que me habia sentido muy apoyada en los malos momentos,  ver que ellos tambien habian conseguido su sueño de ser papás, y sobre todo, conocer a sus hijos.



 Un baño y nos fuimos a cenar.



Y con esta cara de felicidad me acosté aquel dia, sintiendome la mujer más feliz del mundo y dando GRACIAS a todos los que hicieron posible que mi hija llegara a nuestras vidas. Le decia a mi madre cuando la llamé: mama mi hija es perfecta, y asi lo sienten todas las madres.
Desde ese dia pienso que los dias perfectos existen.

Hasta la próxima.


.

martes, 20 de marzo de 2012

Nuestra aventura IV: bonjour Vietnam.

Llegamos a Hanoi el día 20 de Marzo a las 9:30 de la mañana, y allí nos esperaba un chico que envió Le, nuestra guia, porque ella estaba en la Bahía de Ha Long con un montón de familias españolas pasando el fin de semana. De todas formas, pudimos hablar con ella por teléfono cuando íbamos en el taxi y nos dio la bendita noticia de que la ceremonia de entrega sería el dia 22, en vez del dia 21, como estaba previsto. A nosotros nos alegró muchisimo que tan sólo se retrasara un dia porque pensábamos que pasariamos por el quinario que llevaban sufriendo las 7 familias que llevaban alli una semana esperando y que iban a la misma provincia que nosotros. No nos podiamos imaginar que nos unirian a todos y que al final fuera la entrega de las 11 familias juntas.

Así que llegamos al hotel y estaba desértico como podréis ver en las fotos, todos de excursión. Nos recibieron el Director del Hotel y el marido de Le, y nos ofrecieron té. Yo he de confesar que hacia como que bebía por educación, pero no me atreví.

Dia 21, pero el 20 estaba tal cual.


Salimos a dar una vuelta, la toma de contacto que la llaman y que impacto!!!!!Me suele pasar con todos los países que he visitado, pero Hanoi es la leche!! el trafico caótico de sus calles, el claxon de las motos, la gente cocinando en la calle, cortándose las uñas, escarbando cabelleras, cortándose el pelo, los olores,...Salimos a comer y nos volvimos al Hotel porque no nos atreviamos a entrar en ningún sitio. Nos dijimos que ya preguntaríamos a las demás familias que ya tenían experiencia. Asi que ese dia comimos en el comedor del Hotel. Esta era la vista desde el Hotel HoaBinh.

Dejo algunas escenas de esta pintoresca ciudad. Todos hablamos de la aventura que es cruzar una calle en Hanoi. Al principio vas "cagada", pero cuando llevas un día allí ya te parece normal y cruzas sin miedo. No te queda más remedio, sino quieres quedarte eternamente esperando que respeten un semáforo en verde o un paso de peatones.


A pesar de ese caos de tráfico, y no sé si fue porque todo lo que tenga que ver con nuestra hija, lo amamos igual que a ella, Hanoi deja huella. Será el llamado "mal amarillo" y en este aniversario es grande la nostalgia y la añoranza que se siente de aquellos maravillosos dias.
La gente siempre te sonríe, se alegran que adoptemos a sus hijos y son muy amables. En los restaurantes estaban deseando coger a nuestra hija para que comiéramos tranquilos. La trataban con mucho cariño, como si la conocieran de toda la vida.


Bueno estas fotos no tengo forma de ponerlas derechas, pero es son tan singulares como muchas de las estampas que se vieron allí. Las motos y las bicicletas tenían la capacidad de una furgoneta. En una ocasión vi una lavadora y una vaca en una moto, casi nada.



En cualquier rinconcito se montaban el chiringito. Con una mini mesa y unos minis banquitos tenían el negocio montado. Ahí servían té, o fruta o dulces.



Postura tipicamente vietnamita.
Para superar el jet-lag nos aconsejaron esperar mejor a dormir por la noche y la verdad que mejor así, porque te levantas con el ritmo normal.

El día 21 salimos para comprar las cosas para el gran día, la leche para Sara que ya nos había dicho Le cual comprar; pañales; regalos para el orfanato; Nos llevaron también a la famosa joyería a cambiar dólares en dong. La verdad que tuvimos unos guias estupendos, esas 7 familias que ahora llevamos muy cerquita del corazón. En un dia ya nos ubicaron en Hanoi perfectamente y mira que nos es fácil.
En Hanoi las tiendas están organizadas por gremios. Por ejemplo todo lo relacionado con los bebés estan en una zona determinada. La foto de abajo es la calle de los bebés como podéis ver.



Entre compra y compra una cervecita, una Hanoi beer, que rica que estaba!!


Este fue nuestro restaurante favorito. Allí comimos el primer día y allí llevábamos a todo el que llegaba porque se comía de maravilla: el francés. Además estaba en la misma calle del hotel.




Un paseito por el lago Hoan Kiem, puso punto y final al último día de dos porque al día siguiente seríamos tres.
Este lago serie escenario de innumerables paseos con carrito. Era un sitio muy romántico y como no, estaba atestado de gente.


Hasta la próxima, el gran día.